FUE ROSARIO LA QUE SE NEGÓ


No me lo ha pedido, pero el texto de hoy nace de la conversación con un amigo que me recriminó el cambio de cuarteles de la Guardia Civil que hice en una entrada anterior. Esta vez quería que le fundamentase con precisión el asunto de los coches abandonados de Alfonso Basterra y Rosario Porto.

La cuestión es la siguiente: El pasado día 15 de octubre los efectivos que examinaban y analizaban ambos vehículos daban por concluidas sus actividades de investigación, por lo que notificaron al Juzgado de Instrucción nº 2 de Santiago de Compostela que los bienes podían ser devueltos a sus propietarios.

Esto quiere decir que los coches ya no contenían ningún objeto, huella, fluido ni en definitiva cualquier tipo de vestigio, que pudiera aporta dato alguno a la investigación. Si en lugar de coches hubiesen sido dos chaquetas, se habrían analizado, tal vez realizado algún recorte, recogida de restos biológicos y, por supuesto, vaciado los bolsillos. Llegados a ese punto, las chaquetas hubiesen sido entregadas a sus dueños.

Pues bien, una vez que los agentes advierten al Juzgado y aprovechando la comparecencia de ambos acusados en sede judicial, se procede al acto de recepción en el que se devuelve el objeto al propietario, que firma y se lo lleva, o lo deja en el lugar en el que se encuentre, pero ya bajo su responsabilidad.
Se propone, dado que Porto y Basterra no tenían quien se hiciese cargo de sus vehículos, llevar los coches a Teo y se libra oficio de traslado al cuartel donde dos agentes están ya prevenidos para proceder. Pero fue Rosario la que se negó, diciendo que no quería que se llevara nada a Teo (la finca que heredó de sus padres).

Y es en ese punto en el que una vez informadas las partes en presencia de funcionarios del juzgado, de guardias civiles y del propio instructor, rechazan recibir los coches investigados. Posiblemente, el abogado Aranguren olvidó este pequeño detalle en medio del huracán mediático, pues aseguró en televisión que no sabía nada de los coches (estuvo presente en esa diligencia).

Espero haber aclarado a mi querido amigo y a todos los demás interesados el lío de los coches abandonados.

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