Tú también estás grabado



Te invitan a comer con los policías más influyentes, informados y admirados del momento, los tíos que se dejan las pelotas recorriendo las alcantarillas del Estado para mantenerlo a salvo.
Lo saben todo de todos. Son el servicio secreto de los hombres de azul. Como es lógico, teniendo en cuenta que tras el de supervivencia tu mayor instinto es la curiosidad... buscas afinidad y empatía con el personaje que podía sacarte las castañas del fuego sin importar el tamaño de la llama. Quieres saber cosas y quieres que sepa cosas.

Ahora han pasado más de treinta años desde que Villarejo levantase el cierre de lo que parece un tenderete de caros favores para ricos e influyentes.
El tiempo y las pruebas destapan las vergüenzas del comisario preso y de todo aquel que alguna vez cruzó alguna palabra con él.

Lo grababa todo. Y todo es todo. En su ámbito profesional, familiar, fraternal...
Villarejo grabó a todos (incluyendo a los que más quería). Y es posible que si alguna vez hablaste con el agente secreto de los peces gordos, más pronto que tarde tus palabras en aquella reunión distendida o tensa, salgan a la luz. No importa si te apellidas Cospedal o Gómez, si hablaste con él ¡está grabado!

Si tú has fumado un cigarrillo mientras le pedías algo a Villarejo, trata de hacer memoria y no grites demasiado contra las expresiones zafias de una fiscal que charla con maderos poderosos frente a unos cubatas en copas de balón.
Mañana puede que leas tu transcripción y no encuentres el consuelo ni en Consuelo.

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