Los niños no tienen botas de agua


Los niños ya no tienen botas de agua, ni pisan charcos, ni se mojan el culo en los columpios, ni saben lo que es mercromina.
La generación de la mochila en el hombro ajeno, esa generación que no podría protagonizar aquel anuncio de televisión de "¡Anda, la cartera!" porque ellos ya no llevan su cartera al colegio.
No llevan su mochila, no van caminando al colegio cuando llueve, no comen pan de tahona porque es más duro para sus dientecitos, lo comen de sándwich y sin corteza que es más suave todavía.

Los niños de hoy en día viven en un mundo de mentira en el que no hay pan duro y la ropa no se moja los días que llueve. Viven una realidad irreal en la que no hay comidas que no les gusten, ni situaciones desagradables, donde en lugar de buscar solución a los problemas, les enseñamos a buscar personas que solucionen los problemas. Estamos criando niños que no saben enfrentarse a los retos más pequeños.
No queremos que tengan problemas (ni los de mates ni los otros) y así crecerán sabiendo que hay alguien que hará las cosas por ellos. Cualquier cosa más dura que la corteza del pan de tahona será solucionada por mamá, papá o con suerte por alguien a quien ellos paguen, aunque ese no sea su trabajo.

Un niño que crece sin problemas, es un niño que no sabe enfrentarse al fracaso, la frustración o los pequeños sinsabores que nos ofrece el mero hecho de vivir. Un niño que crece sin resistencia al fracaso, será un adolescente que sufra y un adulto sumido en la desesperación de no entender un universo que está plagado de problemas que le parecerán irresolubles.

No conozco a nadie que tenga la solución puesto que nadie ve esto como un problema. "Es lo normal. Es mi hijo". "Todos queremos lo mejor para nuestros hijos". Y ahí es donde está la confusión, los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero ellos (que al fin y al cabo son niños) no saben que eso es lo mejor que les podemos ofrecer, piensan que eso es lo normal. Que ese mundo de fantasía en el que nunca se mojan, ni se lastiman, ni se cansan es el mundo real.

No entiendo mucho de esto, pero creo que sería bueno dejar que los niños se mojen de vez en cuando y se cansen y mastiquen cosas duras. Incluso estaría bien que de vez en cuando peleasen por no comer las verduras en lugar de desterrarlas de nuestra mesa.

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