EL ENIGMA BASTERRA



Que Alfonso Basterra estuvo en las inmediaciones de la zapatería donde fue visto junto a su hija por la última testigo que ha declarado es un hecho indiscutible para la mayoría de personas que presenciaron aquella comparecencia el pasado viernes 24. Lo que sigue siendo un enigma es lo que hizo Alfonso tras ser visto por la compañera de francés de su hija la tarde de aquel 21 de septiembre. Hasta ahora nos habían contado que comieron, jugaron a las cartas y que madre e hija se marcharon del piso sobre las 5 de la tarde y que Alfonso no salió de allí hasta que recibió la llamada de Rosario al filo de las nueve de la noche.

Lo cierto es que la testigo ha desmontado ese relato, pero además se ha confirmado que madre e hija no salieron juntas (Charo lo desmintió en su declaración ante Taín) del piso de Basterra. Hace unos días he podido saber que la niña salió primero y la madre le dio una ligera ventaja para después seguir la misma ruta que la pequeña, pero por la acera de enfrente.

La niña caminaba por un lado de la calle que no está controlado por ninguna cámara de seguridad, pero su madre lo hizo por uno que sí cuenta con varias en las que se puede apreciar cómo pasa de largo del punto en el que debería dirigirse hacia su domicilio. Se cree (yo prefiero no mencionar a investigadores ni instrucción en este punto) que dejaron que la niña siguiera algún recorrido que tenía planeado previamente del tipo ir a casa de sus abuelos a buscar algo para seguirla de cerca mientras el lorazepam era absorbido por su organismo, mermando primero la capacidad motriz para terminar anulando por completo la voluntad de la niña.

Presumiblemente, Alfonso acompañaría a Asunta para ir en busca de su madre mientras Porto iba a por su coche al garaje de General Pardiñas, momento en el que se produjo el “encontronazo” con la testigo.

Las condiciones lumínicas que se dan en la parte trasera del Mercedes de Porto producen un reflejo que impide determinar en ninguno de los tramos grabados por las cámaras si viajaba alguien en esa zona del coche. En caso de aceptar la hipótesis de un viaje de ida a Montouto con Alfonso en la parte trasera del vehículo habría que resolver la incógnita de su camino de regreso. Sabemos que no movía el Corsa desde hacía bastante tiempo según revela el informe de la Guardia Civil; sabemos también que no hizo uso de ningún taxi. ¿Caminando? No hay constancia de su presencia en ninguna de las zonas del posible recorrido.

Por lo tanto, es un enigma saber qué hizo Alfonso en las horas más cercanas a la muerte de su hija. Lo que sí sabemos es que, en contra de lo que solía suceder, ninguna de las cámaras de su calle grabó su camino de ida o de vuelta hacia el edificio en el que residía desde finales de enero.

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