¿Quién ha dejado el ordenador de
Basterra junto al cubreradiador de la sala principal del piso que
ocupaba en Santiago? Esa es la pregunta a la que es posible que algún
día (no muy lejano) los investigadores ofrezcan una respuesta. Por
el momento y desde que ayer viernes 3 de enero recibieran el
mencionado ordenador personal del periodista, los investigadores de
la Guardia Civil no barajan ninguna hipótesis.
Tras los primeros análisis de
dactiloscopia y ADN, valorarán la actividad del equipo del que por
el momento se desconoce si ha sido modificado, alterado y/o
formateado.
Algunos medios han informado de la
existencia de un sospechoso, que estaría siendo investigado por el
acto en cuestión que podría ser encuadrado en el marco delictivo
del encubrimiento.
Es posible que la información
publicada tenga su base en una llamada que recibía la centralita de
la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Santiago de
Compostela en la que un informante anónimo detallaba a la oficial
que le atendió la relación de íntima amistad de Basterra con el
señor aludido en las informaciones, presumiendo que el ordenador y
otros efectos personales de Alfonso podrían haber sido entregados a
este señor en el funeral de Asunta y que este hombre los estaría
custodiando en su domicilio o en el de su padre.
Tras realizar las comprobaciones
pertinentes, la tesis del anónimo ciudadano ha sido desmontada a la
espera de que se practiquen las diligencias necesarias sobre el
portátil. Estas podrían revelar la identidad del colaborador/a de
Basterra, así como los archivos visibles e invisibles de ese disco
duro.
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